El Fundador TV

Barrio Foecyt, casi cuarenta años de promesas

Testimonio de los vecinos filmado en el propio barrio

Tapa de El Fundador del 9 de abril del 2011, con el sorteo de las viviendas

Moira Fabregat y Gustavo Di Maulo, testimonios en representación de los adjudicatarios

Este viernes se estrenó en Canal 2 el programa de TV de El Fundador, en esta oportunidad dedicado a la situación del inconcluso barrio Foecyt, ubicado en 122 y 15, donde hace una década un centenar de viviendas a medio terminar quedan como mudo testimonio de la inacción estatal.

Gustavo Di Maulo, uno de los adjudicatarios del barrio, realiza un repaso por la historia de este barrio, que se remonta a 1984. “El Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi) le otorgó a Gesell la posibilidad de tener su propio plan de viviendas, y se lo otorga al gremio FOECYT (Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telégrafos), pero como eran tan pocos empleados, se amplió hacia Cevigé, la Telefónica y otros, y se logró un cupo de más de doscientas casas, 211, en el año 1984… La Provincia dio el visto bueno, se avanzó en la compra del terreno, y se niveló, y después no se hizo nada…”

Durante más de 20 años, no pasó absolutamente nada, y se sucedieron los gobiernos sin que este plan de viviendas tenga movimiento. “En el 2005 se hace el primer sondeo para sacar adelante el barrio, con un censo de quienes quedaban. Muchos fallecieron, otros se fueron de Gesell, y en el año 2009 se hizo un censo definitivo, y quedamos de los 211 originales un total de 142 beneficiarios”, explica Gustavo, y continúa; “El barrio se retomó a través del Plan Federal de Viviendas, quedamos afuera del Plan Federal 1, y si pudimos entrar al Plan Federal 2, y se decía que se podía terminar toda la obra en un solo paso. El intendente de ese entonces, Rodríguez Erneta, hizo una modificación de planos, las medidas de cada casa, y se empezaron a hacer las plateas.”

Con la obra en marcha, parecía que el sueño de la vivienda propia estaba al alcance de la mano para las 142 familias. “En el año 2009 se sortearon las viviendas, con 42 terminadas y el resto en obra, con la presencia de mucha gente que avalaba que esto se iba a hacer seriamente, vino gente de La Plata, del Instituto de la Vivienda, y hoy, en el 2020, seguimos esperando…”, se lamenta Gustavo. “Se entregó la llave en mano a los primeros beneficiarios, con el compromiso de hacer un nuevo listado de casas a terminar. En ese momento la obra estaba mucho más avanzada que ahora, muchas tenían el techo, faltaban detalles, pero la desidia política geselina hizo que esas casas que estaban casi listas quedaran abandonadas, se robaron los techos, las cañerías… desastre total.”

Gustavo también remarca “sabemos de buena fuente que salieron partidas del gobierno nacional y provincial para terminar las casas, y ese dinero se usó para otras cosas, porque a las casas nunca les llegó nada.”

Delia Zurino es una de las 42 vecinas que lograron tener su casa. En su caso, fue a pedido del propio grupo de adjudicatarios, en reconocimiento a su constante lucha por reactivar el barrio. “Vivimos acá desde el 11 de octubre del 2011, se están cumpliendo nueve años… Es un barrio chico, son estas cuadras, el resto quedó a la espera… Estamos como podemos, con bastantes dificultades. Hoy estamos mejor, al principio costó mucho, tuvimos muchos problemas en el barrio… Cuando compramos esto éramos un matrimonio con tres hijos chicos, y ya ninguno de los chicos la llegó a disfrutar.”

Moira Fabregat es una de las adjudicatarias que con más fuerza a impulsado la reactivación de las obras. Relata las gestiones realizadas durante los últimos años; “En el año 2016, todos los sorteados del 2011 fuimos citados por el Ejecutivo Municipal, y se nos informó que se iban a reactivar las viviendas, con la firma de un convenio. Para nosotros fue una renovación de las esperanzas, y trabajamos muchos para conformarnos nuevamente como grupo, y pudimos armar un buen grupo de trabajo, y así se lo manifestamos a la Municipalidad.”

Moira relata los años de trámites y gestiones que siguieron. “Hicimos con integrantes del Ejecutivo y del HCD viajes a La Plata, tuvimos reuniones para resolver toda la documentación necesaria para formar un expediente. Fue mucho trabajo, porque como aún hoy nosotros somos propietarios de la tierra, ya que el Instituto de la Vivienda necesita la titularidad de las tierras para poder hacerse cargo de la obra.”

Lograr cumplir los requisitos impuestos fue todo un desafío a la tenacidad y la inventiva de los vecinos, que lograron superar todos los obstáculos. “No fue fácil para nosotros reunir toda la documentación, desde 1984 mucha documentación se perdió, cosas que estaban en su momento en la Casa de Tierras, otra en la Municipalidad, y nada en el Instituto de la Vivienda, ya que cuando en el 2016 retomamos las gestiones, se vio que en La Plata nunca hubo nada, ni siquiera un expediente. De hecho, las casas que hoy están habitadas no tienen ni planos. En el año 2017 estuvo el vicegobernador Salvador, recorriendo las casas con mucha preocupación… En el mismo año recibimos a una delegación del Instituto de la Vivienda, que llegó para hacer una evaluación del estado de las casas, nos prometieron entregarnos el informe, pero nunca llegó.”

Moira explica que este año hubo nuevas gestiones. “Nos reunimos con el intendente y el responsable de Hábitat, Gonzalo Pereyra, y preguntamos directamente si hay interés en terminar las casas, y el intendente nos dijo que si, que él seguía comprometido.”

Moira remarca la posición de los vecinos; “Esperamos que el Estado, que vulneró nuestro derecho a la vivienda social, lo recomponga. 102 familias seguimos esperando, son 102 viviendas que son vandalizadas, deterioradas, derruidas… Somos personas de bien, personas trabajadoras, estamos dispuestos a pagar, no queremos que nos regalen nada, lo que pedimos es una decisión del estado provincial, o de cualquier otro nivel, para remediar esta situación. Queremos que esto sea un barrio, no un cementerio de casas.”

En este sentido, Gustavo también resalta “todos los años nos prometen el oro y el moro, pero después no aparece nadie. Cada intendente de 1984 hasta hoy sabe qué hizo y qué no hizo por este barrio, y qué promesas le hicieron a la gente para llegar a donde llegaron, y sin embargo nunca cumplieron.”