El 9 de octubre de 2017, se inauguró el Juzgado de Garantías Nro 6 del Departamento Judicial Dolores, instalado en Villa Gesell y con jurisdicción también en Pinamar, a cargo del Dr. David Mancinelli desde su creación.

“La puesta en funcionamiento de un juzgado requiere de un gran esfuerzo de distintos actores de la vida social”, explica Mancinelli. “Lo primero que se requiere es la aprobación de una ley, en este caso provincial. Después se abre el proceso de selección, que está a cargo del Consejo de la Magistratura, que toma examen y pone nota, dejando afuera a quienes no aprueban. Después de esto, la selección pasa al Senado, y por último el gobernador dicta un decreto, con lo cual no es un proceso fácil. Por eso es un gran honor llegar a estar a cargo de un juzgado.”

David comenzó su carrera dentro del sistema judicial en La Plata, y pasó por todos los puestos menores hasta llegar a presentarse a concurso para ocupar un sillón como juez. “Empecé como pinnche, como se dice en la jerga judicial… En la mesa de entradas, cosiendo expedientes, llevando papeles. Gracias al esfuerzo y la dedicación, y todos los maestros y maestras que tuve a lo largo de mi trabajo, logré hacer una buena carrera, que tiene su corolario en este juzgado, que me llena de orgullo.”

Mancinelli remarca “la ciudad me abrió sus brazos, desde el primer día me sentí muy cómodo, tanto con los trabajadores del juzgado como con los vecinos con los que interactúo día a día. Disfruto cada día en Villa Gesell, es un pedacito de paraíso, tener la posibilidad de disfrutar el bosque, la playa, andar en bici, hacer deporte en el mar, es impagable, creo que todo geselino va a estar de acuerdo conmigo.”

Como juez, Mancinelli debe lidiar muchas veces con los aspectos más sórdidos de la sociedad, y debe dar respuesta a situaciones límite. “Esta es la responsabilidad que la sociedad pone sobre mí, hay situaciones indeseables, de tensión, extremas, es mi función, mi responsabilidad, mi deber, es el compromiso que he asumido… En un juzgado nunca hay alegría; puede haber satisfacción por un trabajo bien realizado, pero no alegría.” En este sentido, remarca “se ven situaciones feas, de extrema violencia, pero es la carga que la sociedad pone sobre mi espalda, dar solución rápida y razonada a los conflictos que se generan en el seno de la sociedad, una tarea que desarrollo con mucho orgullo.”

El Dr. Mancinelli destaca la obligación de brindar un buen servicio a la sociedad en la que vive. “La sociedad geselina exige y merece una función judicial a la altura de las circunstancias, todo lo que he trabajado, estudiado, y lo que continúo estudiando y capacitándome, es para brindar un buen servicio a mi comunidad. Más allá de los nombres o de los cargos, detrás de cada proceso hay una persona, una historia, una víctima, una situación, que merece la mayor de las atenciones. Para mi ser juez no es un privilegio sino un deber, yo le debo a la sociedad el mejor de mis trabajos.”

Su señoría se refiere a la necesidad de darle la misma importancia a cada proceso que pasa por sus manos. “Todo proceso penal es importante, no hay uno más importante que otro. Un hecho menor, como el simple robo de una billetera, tiene una víctima, a la que se le generan un montón de trastornos…”, pero por otra parte, es claro que los procesos que cobran trascendencia social y mediática generan una mayor atención. “Hay procesos que por el tipo de hecho, o por el tipo de víctima, toman mayor repercusión. La detención del hermano de Lionel Messi, por ejemplo, un caso que ya finalizó, con una recomposición del conflicto, y por supuesto el evento más doloroso que se ha vivido en el juzgado es el homicidio de Fernando Baez Sosa.”

Sobre este caso, aún en pleno desarrollo y a su cargo, Mancinelli recapitula, “el drama humano que se ha vivido en ese proceso ha trascendido a Villa Gesell, con un enorme drama humano. Una vida perdida, los padres de Fernando desgarrados por el dolor, diez jóvenes detenidos con una calificación que prevé una pena de prisión perpetua…  esto nos exhorta a pensar como sociedad qué estamos haciendo con nuestros jóvenes, por qué diez jóvenes decide salir en lugar de a divertirse comete un hecho tan aberrante. Son las preguntas que un hecho como este nos lleva a hacernos…”

El juez también reflexiona sobre la naturaleza de los casos a su cargo; “El drama humano se vive en primera persona, pero no puede ser de otra manera. Un viejo dicho dice, una justicia lejana no es justicia, y yo adhiero plenamente, no podría realizar mi tarea de la mejor forma si no me involucro en cada uno de los asuntos. Cada proceso que pasa por mi juzgado lo superviso a fondo, porque sé que detrás hay personas que están esperando por justicia, que en este caso está a mi cargo. Para mí, cada uno de esos procesos es sagrado.”

Por último, deja su visión sobre la forma de aplicar la ley. “Entiendo que existe una falsa dicotomía entre mano dura y garantismo, entiendo que las sanciones están claramente previstas en el Código Penal, solo corresponde aplicarlo.”

El recuerdo de archivo, a cargo de Anibal Zaldivar: era muy engorroso acudir a la justicia, para cualquier cuestión que hubiera que resolver había que viajar, la historia geselina está llena de dificultades para acceder a la justicia. En nuestro archivo hay muchos casos, incluso muy graves, asesinatos, donde la intervención judicial era muy lenta, la llegada del fiscal demoraba horas y horas, la policía actuaba sola, muy librada a la iniciativa del comisario de turno, que variaba mucho de acuerdo a quién estaba… en los juicios muchas veces se detectaban graves irregularidades en las primeras actuaciones, y fue clave que las cosas puedan resolverse más rápido, en la ciudad.

Juan Beltrocco es abogado y ha desarrollado toda su práctica profesional en Villa Gesell. “cuando se instaló el Juzgado de Paz, fue un viejo anhelo de los abogados locales, porque originalmente ejercer la profesión era viajar a Dolores constantemente. Cuando empezó el proceso de descentralización, se instalaron fiscalías, alguna defensoría, y más tarde el Juzgado de Garantías en La Costa. Para nosotros no fue algo muy positivo, porque para trabajar en Dolores, todos habíamos armado estructuras para poder tener presencia allá. Había que viajar, pero todos teníamos domicilios y socios en Dolores. El juzgado de La Costa nos obligó a generar una estructura más, en un lugar donde nos costaba viajar, quedaba a contramano.”

Beltrocco remarca “la apertura del juzgado de garantía acá el trabajo se facilitó muchísimo, el Juzgado de Garantías atiende el 80% del tiempo que insume una causa penal, viajas solo para el juicio, es muy poco. La labor de todos los días es acá, agilizó tanto la labor profesional como los tiempos de investigación, porque es siempre positivo que todos los actores estén concentrados en el mismo lugar.” Por otra parte, destaca “lo que se evidenció cuando se abrió este juzgado es lo positivo de que el juez sea del lugar, viva acá, está más al tanto de la dinámica y la problemática local. Lo que se veía antes era que un juez que no era del lugar generaba una despersonalización muy grande, hoy se nota en los fallos que hay un mayor compromiso.”

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