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Hoy | Villa Gesell
OPINION
Deus ex machina, la obra local que permite destacar el trabajo de artistas geselinxs. Viernes a las 22 y domingos a las 20 en la Casa de la Cultura.
En el contexto del programa el Teatro Nacional Cervantes
produce en el país, el proyecto presentado por el actor y director Ezequiel de
Almeida y seleccionado junto a otros seis proyectos entre los 109
presentados ofrece un rico resultado estético.
La constancia, el trabajo productivo, hacer, sin ton ni son
a veces, pero hacer. El ideario constructivo anclado épicamente en los pioneros
–en EL pionero, para nuestra obra-, omnipresente en el discurso del padre,
BUBI, -un excelente trabajo actoral de Daniel Fernández-. La historia económica
y social argentina, donde todes nos reconocemos en algún fragmento de espejo
destartalado, roto a fuerza de hiperinflaciones y sueños destruidos, que como
en una pendiente de inercia imparable se manifiesta hasta nuestros días. Una
suerte de coda contemporánea de Tiempos Modernos (film de Charles Chaplin, EEUU
1936) donde la “máquina te da, la máquina te quita”.
No hay dios que baje de máquina alguna, como en las
tragedias griegas del viejo Eurípides, para “salvar” a los protagonistas. Ella
está ahí, inerte, herida; objeto de deseo ¿utópico? de un pater familias lisiado,
pero que aún contagia desde la
inclaudicable voluntad.
Ezequiel de Almeida le cuenta a Jorge Dubatti que “el texto
original de Gobernori es un biodrama. Pero llegué a una conclusión: el biodrama es imposible repetirlo en una segunda puesta, porque la
relación que tiene el director-dramaturgo con la biografía de la que parte es
única e irrepetible… …yo como director
tengo las palabras de los personajes, las didascálias, las situaciones; pero me
faltaba el bagaje que Santi (Gobernori) tenía en el momento de crear. Entonces
o me ponía a investigar sobre la familia que se había basado Santi o tomaba la
estructura dramática y terminaba de
completar la biografía que propone el texto, rellenar, completar esos personajes. Y se fue desviando un poco
de esa biografía inicial mi obra, entonces no es un biodrama, es un texto
dramático en busca de una biografía… un
“desvío drama” donde aparecen cosas mías y del nuevo lugar donde estaba
viviendo: Mar Azul.”
La adaptación de Ezequiel de Almeida al texto original de
Santiago Gobernori tiene la virtud de hacer propia, vecina, la historia que
narra, sin caer en el chovinismo o en un localismo forzado. Se desliza sutil,
con guiños a personajes reconocidos y reconocibles que generan una inmediata
empatía reforzando el relato. La puesta en escena, que también le pertenece,
está dominada por un ritmo ensordecedor, frenético que requiere de actrices y
actores una concentración permanente, con una partitura de acciones y
recorridos espaciales que refuerza ese funcionamiento de rigurosidad mecánica. El contexto sonoro realizado para la obra por
Facundo Vrdoljak, como el diseño de luces de Lola Paluci Arias constituyen un
aporte justo, sencillo y homogéneo. El vestuario a cargo de la también
actriz Mariana Mac Allister y la
escenografía de David Assad sostienen el concepto de simpleza y congruencia
dominante en la pieza, que permite centrar la atención en los buenos desempeños
actorales.
La risa está presente, como el sabor dulce de los remedios,
para no darse cuenta que se lo está ingiriendo. Y lo que se desgrana desde el
escenario es el derrotero obstinado por la supervivencia en un país que fuera
faro y tabla de salvación. Futuro y esperanza en el mundo de pos guerra. Y que
sin duda necesita que sean otres quienes
hoy tomen sus riendas. Ezequiel
de Almeida y el colectivo de actrices, actores y técniques de “Deux…” pintan
desde estos pagos el mundo del capitalismo tardío, sus contradicciones
insalvables y en su centro las mujeres y los hombres peleando por la
subsistencia, por rescatar algo de humanidad y de amor. Devolvernos la
humanidad en medio de la explotación (y auto explotación) como propia tarea, y
así invocar a Lafargue: “Oh, pereza, madre de las artes y de las nobles
virtudes, sé el bálsamo de las angustias humanas” (El derecho a la pereza, Paul
Lafargue, Francia 1880).
La producción está a
cargo del Cervantes -único teatro nacional que disponemos-, con aportes de
coproducción del municipio local; proponiendo una dinámica de trabajo artístico
profesional donde la problemática de consecución de recursos propia del teatro
independiente se encuentra resuelta. Conformar un equipo de trabajo en roles
también rentados y definidos; ha constituido una aporte invalorable que se
observa en el nivel artístico que detenta Deus ex máchina. Una experiencia
profesional que trasciende al grupo creativo que la lleva a cabo para
convertirse en un activo valorable para toda la comunidad teatral y público de
Villa Gesell y de la región. Destacables iniciativas, la del Cervantes Federal
y la de Ezequiel de Almeida al presentar el proyecto.
Pablo Nasti (ALEJANDRO), Rocío Maldonado (ÉRICA), Ezequiel de Almeida (FERNANDO), Mariana Mac Allister (VERÓNICA) y Daniel Fernández (BUBI) ofrecen actuaciones solventes para una puesta sólida que cuenta en cada función con el apoyo del público local. El equipo se completa con la asistencia de dirección a cargo de Sabrina Ponce y con Pablo Cordero Jaure como productor local.
Link nota Radio Nacional: https://www.radionacional.com.ar/el-teatro-nacional-cervantes-en-villa-gesell/?fbclid=IwAR2QDdYJKxmOHsozjlDBJaWdggn7PTthAhuLHfY-w-tPFcq9vW0cA3QJb0c